Improvisar
no es malo... si lo haces conmigo. Improvisemos a lo loco, sin ir
despacio ni con buena letra. Que esa gente piensa mucho y nosotros
somos más de disfrutar la vida como venga.
Improvisemos
un cielo lleno de estrellas aunque este esté tapado por nubes
negras.
Improvisemos
un beso largo. Apasionado de vez en cuando, lento otras tantas, pero
siempre como nos apetezca.
Viajemos,
que la vida es corta y hay muchas cosas que ver. Improvisemos una
foto de cine y así recordarán que nuestro amor es más fuerte que
cualquier mierda que nos hacen ver o leer.
Improvisemos
un baile. Mejor bajo las sábanas, que la lluvia está harta de ver
como se mojan pudiendo empaparse de otra forma.
Improvisemos
un juego que solo tú y yo entendamos. Unas miradas, el roce de
nuestras manos... un chiste que solo tú y yo comprendamos...
Improvisa,
pero hazlo conmigo. Que la locura me lleva por sitios oscuros y
quiero que me acompañes. Que nadie me entiende, ni falta que me
hace. Ya te tengo a ti para que improvises cuando yo no me sienta con
fuerzas ni para mirarte e improvisar una de esas sonrisas tristes.
Improvisemos
los buenos días, esos que acaban con un buen final y que hacen que
sonría para el resto del día.
Improvisemos
un refugio, sí, un lugar donde huir de todos para poder estar a
solas contigo. Ese refugio que me permitirá ser yo y no la que todos
quieren que sea. Porque tú improvisas mis sonrisas y haces que mi
cielo sea un permanente azul sin tormentas ni relámpagos.
No
sé dónde estaremos dentro de diez años, ni siquiera que será de
nosotros dentro de una hora... pero mientras tanto, improvisemos
caricias y dulces palabras que nos alienten a seguir un camino
cogidos de la mano.
Ya
ves... improvisar no es malo, pero hazlo conmigo.